Entre añoranza, carrera y cachaça
Yasmim está algo compungida frente a su ventana berlinesa, mira el gris día de febrero y añora su patria. En realidad la joven brasileña se siente bien en Alemania. Pero precisamente en esta época la añoranza es algo más fuerte de lo normal: es febrero y el carnaval de Río está a las puertas.
Así como Yasmim muchos otros brasileños dejan atrás su vida en su patria para estudiar en Alemania. Junto a los estudios, a menudo las cuestiones profesionales son el motivo para cruzar el “charco”, tanto para brasileños como para alemanes. Brasil es considerado el principal socio comercial de Alemania en Sudamérica. Con unas 900 empresas germano-brasileñas São Paulo es uno de los centros de la industria alemana más prominentes del mundo. A pesar de ello las distancias entre ambos países siguen siendo grandes: otras culturas, formas distintas de entendimiento y comunicación, diferentes conceptos de cercanía, un idioma extraño. En Alemania se han creado por eso numerosos clubes y organizaciones que pretenden facilitarles a los brasileños la aproximación a la nueva cultura, por ejemplo el Foro Brasil de Berlín, la asociación cultural germano brasileña de Coburgo o la Casa do Brasil en Múnich. Todos tienen en común el querer apoyar el intercambio de experiencias entre brasileños y alemanes, ofrecer cursos de idiomas o dar consejos nada oficiales de donde se pueden adquirir alubias negras, mandioca o buena cachaça.
En busca de las propias raíces
A algunos brasileños también les trae a Alemania la búsqueda de las propias raíces. En los siglos 19 y 20 muchos alemanes emigraron a Brasil, sobre todo a las regiones del sur, y fundaron ciudades como Blumenau, Teutônia o Nova Friburgo. Aun hoy algunos descendientes de emigrantes alemanes hablan el Hunsrückisch riograndense – una variante del dialecto Hunsrückisch influenciada por el portugués y el italiano. Una descendiente famosa de emigrantes alemanes era Julia Mann, la madre de Heinrich y Thomas Mann, más conocida por el diminutivo Dodo. Dodo nació en 1851 en Paraty hija de un granjero emigrante alemán de Lübeck. El instituto Martius-Staden de Panamy es un punto de investigación inicial para todos aquellos que buscan sus antepasados alemanes. El archivo del instituto dispone de un amplio registro de nombres de familias de origen alemán.
Grandes eventos y mega inversiones
No hay que olvidar que de mayo de 2013 a mayo de 2014 tiene lugar un año de Alemania en Brasil bajo el lema: “Alemania + Brasil -donde se unen las ideas”. Con diversos proyectos, desde el arte de soplar vidrio, pasando por un cuarteto arquitectónico, hasta incluso una Telenovela con tema alemán, se quiere difundir una imagen actual y polifacética de Alemania, para consolidar y estrechar las relaciones entre ambos países.
Además del “año alemán”, en los próximos años se han planeado otros dos grandes acontecimientos en Brasil. El campeonato del mundo de fútbol 2014 y los Juegos Olímpicos del verano de 2016.
El equipo nacional alemán ya visitó Brasil en noviembre de 2012, para formarse una idea de las condiciones del lugar. Y éstas no son, en manera alguna, óptimas. Tasas de empleo precarias, reubicaciones forzosas, o la imposición de zonas restringidas entorno a los estadios del mundial, que no permiten el acceso a los pequeños comerciantes autóctonos, les dificultan el quehacer a los brasileños. Fluye mucho dinero para la creación de la infraestructura turística, según fuentes oficiales 33 mil millones de reales (unos 12 mil 200 millones de euros). Pero las menos de estas inversiones aportarán algo a mejorar las condiciones de vida de los brasileños. Por eso se han creado en todo el país comités ciudadanos que se resisten al derribo de favelas o la privatización de ciertos símbolos y logos. Es de esperar que sean oídos y que el modelo de desarrollo brasileño de a base de grandes eventos y mega inversiones, al final no empeore las desigualdades sociales del país.
