cerrar

Biografías que resumen la historia del siglo XX

En Alemania vivían a inicios de 2010 alrededor de 5.000argentinos, el tercer grupo más grande de emigrados sudamericanos después de los brasileños y los chilenos –según los registros de la Oficina Federal de Estadísticas de este país.

De acuerdo al análisis de las autoridades germanas, los emigrados argentinos son relativamente jóvenes y entre ellos predominan ligeramente las mujeres. Su edad promedio es de 38 años. La mayoría vive en Alemania hace más de una década. Sin embargo, basta indagar en alguno de los cuatro consulados de la República Argentina en Alemania, para constatar que “no están todos los que son, ni son todos los que están”.

En la representación de Fráncfort del Meno (que se ocupa de sus nacionales en los estados de Baviera, Baden Wurtemberg y Hesse) están registrados unos 5.000 argentinos, indica Marina Lasagna, especialista del Centro de Promoción Comercial del consulado argentino en Fráncfort.

Entre el consulado de Hamburgo (con jurisdicción en Schleswig Holstein, Mecklenburgo-Pomerania Occidental, Baja Sajonia y Bremen) y el de Bonn (encargado de Renania del norte Westfalia, Renania Palatinado y Sarre), se registran en total otros 3.500 argentinos residentes en Alemania.

“No están todos los que son...”

La propia Lasagna, de antepasados y pasaporte italiano, es un ejemplo de lo difícil que resulta recoger en estadísticas la huella argentina en Alemania. “Muchos poseen la nacionalidad alemana, otros la italiana y, en menor medida, la española”, explica Manuel A. Fernández Salorio, cónsul general en Hamburgo. La mayoría domina el idioma alemán, “estamos muy integrados en la vida alemana y no es fácil encontrarnos”, opina Mariana Llanos, politóloga germano-argentina del Instituto GIGA de Hamburgo.

No existe convenio de nacionalidad entre Argentina y Alemania, pero la nacionalidad argentina es irrenunciable

Argentina no tiene un convenio de doble nacionalidad con Alemania, como existe con otras naciones europeas (Italia, España, Noruega y Suecia) o americanas (Colombia, Chile, Ecuador, El Salvador, Honduras, Nicaragua, Panamá y, en parte, Estados Unidos).

Puesto que la nacionalidad argentina es irrenunciable, al adquirir la ciudadanía alemana, los argentinos pasan a ser considerados nacionales con plenos derechos por las autoridades germanas, pero siguen siendo nacionales para las argentinas que –tras “analizar los casos de manera individual”– suspenden, como máximo, sus derechos políticos.

Entre dictadura y crisis económica

Tanto las motivaciones como la composición social y profesional de los migrantes argentinos son diversas. Abundan los científicos (investigadores, estudiantes de posgrado y doctorado), así como los músicos, artistas plásticos, bailarines de ballet y tango, empresarios, empleados, periodistas, deportistas, amas de casa que formaron pareja con ciudadanos alemanes, entre otros –explica el cónsul en Hamburgo.

Muchos exiliados políticos, fundamentalmente estudiantes y académicos radicados en grandes ciudades como Berlín, Fráncfort y Hamburgo durante el último gobierno de facto argentino entre 1976 y 1983, regresaron a su país con la democracia. Otros encontraron aquí, una segunda patria. Algunos argentinos –al igual que los chilenos– tienen “biografías que resumen muy bien la historia del siglo XX”, explica Guillermo Atlas, colaborador del Centro de Promoción comercial del consulado de Fráncfort.: “gran parte de los argentinos de origen judío-alemán, que vinieron escapando de la dictadura en los años 70 y 80, eran hijos de aquellos inmigrantes judío-alemanes que habían llegado a Argentina huyendo de la primero o segunda guerra mundial y del nazismo...” “Otras olas migratorias están relacionadas con los ciclos económicos argentinos”, confirman Atlas y Fernández Salorio. Según las estadísticas alemanas, el más reciente récord de llegada de argentinos al país puede identificarse entre los años 2001 y 2003 –relacionadas con el llamado “corralito financiero”. Los consulados de Bonn y Hamburgo confirman estos registros.

Entre el arte y la Bundesliga

Las escuelas de tango han tenido un boom en Alemania en los últimos años.

También los clubes de fútbol de la Bundesliga alemana han sido, cuando menos, hogares temporales para jugadores argentinos como Rodolfo Cardoso (ex judador de Boca Juniors y Hamburg SV y actual director técnico de Hamburg SV II), Martín Demichelis (Bayern Múnich), Diego Klimowicz (VfL Bochum), Mauro Camoranesi (VfB Stuttgart) o Javier Pinola (FC Núremberg) – algunos de ellos con pasaporte italiano o español.

Y por si fuese poco, “en Argentina hay una formación excelente de músicos y Alemania es un paraíso para ellos. Aquí, en cualquier pueblo hay un coro, una orquesta”, celebra Guillermo Atlas. Ello ha atraído a personalidades como Pablo Assante, director del coro de la Semperoper de Dresde.

En general, el mundo de la cultura y el espacio académico alemán reúnen a no pocos argentinos: el coordinador del Ballet de Hamburgo Eduardo Bertini, los artistas plásticos Miguel Rothschild y César Lozano, las escritoras María Cecilia Barbetta y Marta Kapustin, los directores de cine Ciro Cappellari y Jeanine Meerapfel, la bailarina y coreógrafa María Colusi, la bailarina y profesora de tango Fabiana Jarma, el periodista y activista por los derechos humanos Osvaldo Bayer o el ex embajador y filósofo Ernesto Garzón Valdés, son sólo algunos nombres de esta lista de ciudadanos ilustres.

Las escuelas de tango, así como el negocio de accesorios para este baile, han tenido un boom entre los alemanes en los últimos años, comenta Atlas. A bailar tango, milonga o compartir otras tradiciones propias se reúnen algunos emigrados en “centros y círculos argentinos” a lo largo y ancho de todo el país. Y no menos reconocida resulta –también entre los alemanes– la calidad de la cocina de las “Steakhäuser” o casas del bife, aunque no siempre sus dueños son argentinos.

Autora: Rosa Muñoz Lima
Editora: Claudia Herrera Pahl

Comparta esta página Share this on twitter Share this on facebook Share this on linkedin