cerrar

Tenía que abandonar Brasil para realizarme

Lo que ha conseguido no lo alcanza todo el mundo: sus estudios y su vida en Alemania le permiten a Eliane Fernandes el moverse entre dos mundos. La etnóloga puede vivir su tendencia a ser nómada.

„En mi corazón soy hanseática. Hamburgo es para mí la ciudad más bonita de todas.”

Eliane Fernandes Ferreira proviene de una familia acomodada, el padre era político municipal, su madre dio clases en una escuela durante más de 40 años. Ella quería estudiar, conocer el mundo, pero los estudios en la megápolis São Paulo son caros, tanto entonces como hoy. Por fin fue el amor quien hizo que la balanza se inclinase para que Eliane viniese a Alemania. En algún momento el amor se disipó, pero el frío norte conquistó su corazón: “La gente de aquí son exactamente como me gustan. Quizá son más serios que en Renania, pero son afectuosos. Eso tiene cierta similitud con la cultura de mi tierra natal Minas Gerais y su circunspección. Encuentro que esa moderación hanseática va conmigo.”

Vivir en tres mundos

En Alemania pude desarrollarme, opina. Estudió aquí, más tarde se casó aquí y tuvo hijos mellizos. Su madre y hermanos viven al otro lado del océano, exactamente en la ciudad de Poços de Caldas al sudeste de Brasil. Y desde hace años la región de Marechal Taumaturgo en el noreste de Brasil, en la jungla, atrae continuamente a Eliane por motivos de investigación. Entretanto las gentes de ahí se han convertido en amigos, en una forma de familia. La vida en estos tres mundos comenzó para Eliane a principios de los años 90: en Hamburgo estudió etnología, prehistoria y periodismo.

La selva 2.0

Tras sus estudios Eliane continuó su carrera científica en Alemania. En la universidad de Bremen se doctoró con el tema: “Del arco y las flechas al “arco digital”. Los indígenas de Brasil e internet”. Ya entonces hizo su trabajo de campo en la región de Marechal Taumaturgo en el estado federal de Acre. La coexistencia de los distintos grupos de población unos al lado de otros con sus diferentes concepciones de sí mismos e ideas de la protección del medio ambiente no hace que la convivencia en la selva sea fácil. En el índice de desarrollo de Brasil, esta región figura en último lugar. Sobre todo los grupos indígenas sufren la tutela de la sociedad mayoritaria. Una conclusión central de las investigaciones de Eliane de aquel entonces es que internet puede suponer precisamente para los grupos indígenas un medio asequible y fácil de utilizar, para luchar contra ese tipo de tutelaje. En contra de la afirmación de que internet puede ser un peligro para la cultura indígena Eliane dice: “Los procesos de modernización son parte de la vida para las comunidades indígenas o sus individuos tanto como lo son para el día a día del resto de la sociedad.”

Del arco digital a la etnología medioambiental

Actualmente Eliane Fernandes Ferreira investiga las diferentes relaciones de los grupos de población con la naturaleza. Para ella es de especial relevancia la forma de vida de los indios asháninca. De sus informes se desprende que Marechal Taumaturgo operó durante mucho tiempo de zona productora de caucho. Es interesante saber que la propia Eliane es biznieta de un barón del caucho, que al igual que muchos se aposentó en la región a finales del siglo 19. Ya desde pequeña oyó las historias de los encuentros de su bisabuelo con los indígenas. Ama esas tierras y siempre está a la búsqueda de algo que posiblemente se perdió con la colonización y el dominio colonial: la vida en consonancia con la naturaleza. En Acre, en la cuenca del Amazonas, lo ha vuelto a encontrar: grupos indígenas luchan por la conservación de la selva. Los asháninca han construido un centro de formación cerca de la ciudad Marechal Taumaturgo. Quieren enseñarles a los habitantes de la región formas sustentables de explotación forestal, apicultura y acuicultura y con ello también formas alternativas de ganadería y agricultura, Eso es esencial, según Eliane. Hablar sobre problemas medioambientales sin ofrecerles a los habitantes alternativas para una mejora económica, tendría poco sentido. En el trabajo de la científica queda claro que la diferenciación entre malvados pecadores medioambientales y buenos protectores del medio ambiente es pura caricatura y en la mayoría de los casos no corresponde a la realidad. Se trata mucho más de la falta de alternativas de formas económicas sostenibles, constelaciones especiales de grupos, la falta de campañas de información y también sobre todo de malas decisiones políticas.

La etnóloga gitana

Familia, patria y trabajo entre Alemania y Brasil son niveles que en la vida de Eliane se mezclan continuamente. A pesar de eso no es fácil vivir en tres mundos nos confiesa. Su profesión de etnóloga y su pasión por viajar seguramente le sean de gran ayuda: “Soy una persona muy curiosa, que viaja muy a gusto, ¡amo los viajes! Quisiera conocer el mundo entero. ¡Creo que tengo el corazón gitano!

Autora: Julia Mittwoch
Redacción: Hanne Kehrwald

share this page Share this on twitter Share this on facebook Share this on linkedin