Mongolia
Saruul Fischer
Pienso como alemana y siento como mongola. Para describirse a sí misma, la diseñadora de moda recurre a una palabra que inventó su hija: mongolana. En cualquier caso, a Saruul Fischer no le cabe duda: ser el nexo de unión entre dos culturas es algo muy especial. continúe
MONGOLIA Y ALEMANIA
Unos 30.000 mongoles hablan alemán. Esto se debe, sobre todo, a motivos históricos. La desaparecida Alemania Oriental mantenía buenas relaciones con la entonces República Popular de Mongolia y miles de mongoles tuvieron la oportunidad de realizar una formación universitaria o una especialización en Alemania del Este. A su vez, muchos alemanes orientales aprendieron mongol en la Universidad Estatal de Ulán Bator. Además, la RDA colaboró en la modernización del sector agrario del país asiático y en la construcción de una de las mayores fábricas de producción cárnica de Asia.
UN VIAJE POR MONGOLIA
La actual Ulán Bator poco tiene que ver con los recuerdos de infancia de Saruul Fischer. La capital de Mongolia tiene un ritmo trepidante desconocido hace unas décadas. No obstante, sigue siendo el hogar de muchos de sus familiares, a los que visita a menudo. Aquí también están los talleres donde se confeccionan las prendas de la diseñadora. Como todos los mongoles, en el fondo de su corazón, Saruul se siente nómada. Ama la inmensidad de su país: la estepa, el desierto, las colinas de un verde aterciopelado. En sus viajes suele dormir en las yurtas de los nómadas, al margen de la civilización urbana. Un estilo de vida que, quizá, tenga los días contados.